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Mitos y realidades sobre un fondo multi-actor

¿Es realmente posible ser un fondo intermediario exitoso?

Por Lucía Abelenda, Directora Programática, Fundación Avina – Alianza Pulsante

 

Colaborar y trabajar en conjunto desde la filantropía es uno de los ejercicios más buscados y también más temidos, implica esfuerzo, flexibilidad y mucho tiempo. A pesar de los desafíos, Pulsante nos deja con la firme convicción de que no sólo es posible, sino que es una forma exitosa de trabajar por el fortalecimiento de la democracia.

Pulsante nació de un sueño y convicción: “Es posible trabajar por la expansión del espacio cívico e influir en mejorar las brechas de poder en una América Latina cruzada por la desigualdad y la exclusión”. Fue un gran reto decidir el foco, encontrar dónde aportar sabiendo que siempre quedarían por fuera cosas que serían interesantes e indispensables para el campo.

A pesar de que el sueño era claro y la convicción fuerte, la forma siempre es un desafío; cómo aportar valor desde un mecanismo intermedio de financiamiento, en cuántos países trabajar, qué criterios y procesos utilizar para seleccionar proyectos privilegiando la inclusión por encima de la eficiencia, cómo evaluar el impacto y la temporalidad de las intervenciones y su propia sostenibilidad, cómo reducir al mínimo los procesos de burocratización del financiamiento. Al equipo de Pulsante le resonaban palabras como flexibilidad, acompañamiento a medida, cercanía y confianza.

Además de estas dos grandes cosas, el cómo y qué, se sumaron algunos problemas estructurales que lo complicaron todo, como la pandemia que provocó un encierro y desafió la forma de dar respuestas como sociedad.

Luego de tres años de Pulsante y varios aprendizajes de mecanismos anteriores se pueden compartir algunos aprendizajes sobre este tipo de apuestas colaborativas:

Gobernanza vs. confianza

Toda esta experimentación en un contexto tan complejo e incierto como el de los últimos años fue posible porque las tres fundaciones que conforman Pulsante y las personas que las representaban tenían valores alineados a lo que se quería aportar. Esta estrategia común construyó un voto de confianza que permitió la magia. Sin duda una buena gobernanza en estos fondos y unos términos de referencia claros son importantes, son una herramienta indispensable para organizar el trabajo y tener márgenes claros. A pesar de tener una gobernanza clara, el éxito de este tipo de mecanismo está en la confianza, la misma que se construye en el día a día, del aprecio y del valor entre los socios.

Trabajo con aliados ¿confianza extendida?

La confianza, flexibilidad y colaboración son valores indispensables, no sólo para el mecanismo, sino para el trabajo de acompañamiento a aliados. Es decir, la capacidad de acompañar se construye, se gana con trabajo, esfuerzo, cariño, confianza y tiempo. Esta flexibilidad logra comprender que el objetivo puede ser el mismo, pero el camino no siempre se puede mantener. La vida es equivocarse y eso es parte del aprendizaje.

El tiempo es oro, con el dinero no alcanza

Además de que es cierto que muchas veces los recursos que llegan a las organizaciones (en un espacio cívico reducido con escasas fuentes de financiamiento) no son suficientes para todo lo que hay que hacer. También es cierto que el trabajo no financiero en la condición actual de muchos procesos de movilización para la democracia cumple un rol fundamental. Este apoyo cuando es personalizado y co-creado por el aliado permite generar una mirada de largo plazo que los recursos directos por sí solos no podrían lograr.

¿Cuál es el valor del intermediario?

En muchos casos y durante varios años el intermediario fue visto como el grupo que sacaba una tajada del dinero que podría llegar a los aliados. Hoy en contextos de alta incertidumbre y alto niveles de vulneración de los grupos que trabajan por la construcción de democracias más vivientes, vibrantes y resilientes generalmente están sobre demandados con equipos pequeños. El fondo intermediario actúa de colchón para acompañar los desafíos, recibir la carga de desarrollo de acciones que no puede llevar adelante y que los separa de su acción estratégica. No es sólo un mecanismo para otorgar dinero, debe tener todas las condiciones para acompañar a los protagonistas del proceso.

¿Construcción de redes vs tiempo?

En general los fondos intermediarios buscan generar redes entre sus apoyados. Hay un desafío entre el tiempo y la posibilidad de construir que permitan el intercambio y el aprendizaje. A pesar de eso, el factor humano y el invertir tiempo y recursos para encontrarse, conocerse y aprender de los demás sigue siendo algo valorado y que da un plus a las estrategias individuales.

Comunicación institucional vs comunicación que moviliza

Desde Pulsante se tomaron dos decisiones clave en materia de comunicación. La primera, es que las comunicaciones desde Pulsante se realizaron centrándose en el trabajo y logros de las organizaciones y movimientos sociales acompañados, siempre tomando en cuenta la seguridad y bienestar de las personas que las conforman entendiendo el contexto político de América Latina. Y así se hizo, siempre se coordinaron las comunicaciones con su consentimiento sobre qué si era publicable y qué no.La segunda decisión, fue que a las comunicaciones desde las organizaciones y movimientos, se le diera prioridad a movilizar y no a promocionar. Es decir, el acompañamiento de Pulsante apuntó a co-crear estrategias de comunicación, narrativas y storytelling que lograran conectar con las personas, con lo que las mueve, por encima de crear comunicaciones institucionales.

¿Y el impacto qué?

Este proceso llevó a Pulsante a cambiar la visión de impacto, a imaginarse como podría ser una nueva ruta de impacto. El camino importa, e importa mucho. No sólo se quiere llegar a la meta sino que se quiere llegar juntos. Para que los cambios sociales se sostengan es necesario caminar en colectivo, vale la pena, lleva tiempo, disrupción y procesos que incomodan. Es decir, es difícil lograr un cambio estructural con procesos aislados como un cambio de ley en 24 meses, pero sí es posible mediante una serie de acciones encadenadas construir las bases para el futuro que queremos alcanzar.

 

Ninguna de estas cosas son una novedad, pero creo que dan la esperanza de que colectivamente podemos construir democracias más resilientes, y que la filantropía tiene un espacio para buscar formas más colaborativas y más líquidas para trabajar a largo plazo en la región.